
Es habitual en las consultas de psicología encontrar detrás de la sintomatología o del motivo de consulta de una persona relaciones muy complicadas con su familia de origen. En estas ocasiones, estamos delante de una situación muy compleja que requerirá un importante esfuerzo y trabajo por parte de la persona. En este tipo de problemas nos encontramos con muchas dificultades, las dos más habituales suelen ser;
A menudo existe una baja conciencia de las conductas abusivas por parte del o los progenitores, el hecho que estas dinámicas disfuncionales se lleven dando desde la infancia del sujeto hace que se hayan normalizado o incluso cuando se cuestionan hay una baja conciencia del malestar emocional que en realidad suscitan.

Defenderse o protegerse de una conducta abusiva en el seno de la familia de origen es sumamente difícil, incluso cuando ya no se convive con ella.
Como seres humanos nacemos con una necesidad absoluta de ser amados y cuidados por nuestros progenitores, desde el punto de vista filogenético, el vínculo con la familia de origen es la base de nuestra supervivencia física y emocional.
A continuación, quisiéramos enumerar algunas de las características que nosotros creemos más importantes y definitorias de este tipo de progenitores

Egoistas y egocéntricos, anteponen sus propias necesidades a las de sus hijos, aunque pregonan lo contrario.
En su discurso a menudo ensalzan sus supuestas cualidades, no soportan la crítica. Necesitan ser venerados.
Reaccionan con Ira ante la confrontación.
No comprenden ni aceptan otra manera de ver el mundo que la propia.
Perciben a sus hijos como instrumentos o una extensión de si mismos
Son muy demandantes, nunca tienen suficiente. Exigen lealtad y dedicación absoluta a ellos.
Sus principales instrumentos son el chantaje emocional, la manipulación y el victimismo.
